miércoles, 25 de septiembre de 2013

Miércoles Nostálgico: Appetite For Destruction



… Juro solemnemente tratar de escribir un artículo OBJETIVO de mi banda favorita… ¡tratar! ¿ok? Tratar…

Bueno, los que me conocen saben cuánto me encanta Guns N’ Roses. Esa banda, formada por Axl Rose, Slash, Izzy, Duff y Steven es parte de mi etapa adolescente y siempre me va a traer grandes recuerdos: Hasta hizo meterme en ciertos problemas por la misma furia que imprime la lírica de sus canciones. Actualmente no es la misma banda, hubieron muchos problemas entre sus integrantes y aquella banda dio  para mal, varios grupos. Los aportes de todos los integrantes, musicalmente, han tenido cierto éxito, sobre todo Slash, que ha venido al país dos veces con sus producciones solistas. Duff está de lleno con su grupo Loaded. Izzy, de vez en cuando hace unas giras por los Estados Unidos y apoya a varios músicos y, el viejo Steven está recuperado de sus adicciones y, también, tiene su grupo. Axl es el único al frente de Guns N’ Roses: Es el dueño del nombre, así que sale de giras con una nueva formación que tuve la oportunidad de ver en vivo, en 2010, y suenan genial.

El Appetite for Destruction es un disco único. Son doce canciones llenas de violencia, sexo, drogas con una cubierta de punk, heavy metal y rock clásico. Ningún disco refleja tan bien el momento, las vivencias y el lugar en que fue “gestado” Eran cinco chicos que decidieron salir de sus lugares de origen, mudarse a Los Ángeles y darse de lleno a vivir aquello del “sexo, drogas y rock n’ roll”. Ahora, el hecho de escribirlo en canciones y triunfar haciéndolo, es lo que lo hace maravilloso: Es el disco debut más salvaje de la historia del rock, en un tiempo en el que la industria musical estaba llena de tipos maquillados de mujeres y letras que sólo invitaban a fiestear. Desde el comienzo fue todo un éxito: Se han vendido más de 28 millones de copias e hizo que Guns N’ Roses se convirtieran en los reyes indiscutibles por largo tiempo.

Lamentándolo mucho, ese mismo éxito fue el principio del fin: Surgieron rupturas, se animaron los egos, tuvieron sus problemas con las drogas y se cansaron de aparecer en prensa, no precisamente, por la música. Con los álbumes que siguieron, nunca lograron repetir la intensidad del Appetite. Axl, en una entrevista para la Rolling Stones en 1999 expresó que quizás Appetite iba a ser el único disco bueno que hicieran.

Antes del Appetite, la historia no es muy diferente a la de cualquier banda de la época ochentosa y hedonistas que vivían Los Estado Unidos: Unos chicos desadaptados que no superan los 20 años, ponen su norte en Los Ángeles, la meca del Rock y un territorio dominado por Motley Crüe, Poison y Ratt junto a otras bandas que combinaban el Glam de los 70’s, el estilo de Led Zepellin y coros con estribillos pegadizos muy poperos. Axl y Izzy huyen del aburrimiento de su Lafayette (Indiana) natal. Duff, un “mala conducta” que creció en la escena Punk, tocando con bandas reconocidas en su Seattle natal pero que huye de la heroína que sacudía las calles y Slash y Steven, dos panitas de la infancia que a los 11 años decidieron qué es lo que iban a hacer con sus vidas: Ser estrellas de rock. En mayo del ’85, se produce el primer encuentro: Luego de coincidir los chicos con sus bandas previas (Hollywod Rose y Road Crew) tiene lugar el primer ensayo de la formación clásica de Guns N’ Roses. Duff, en 2007, comentó que “al tocar el primer acorde, sentimos que era la banda que estábamos buscando”. Y no sólo eran ellos: Su nombre se regó como pólvora en el circuito de clubes y pubs de la ciudad.

Primer Concierto

La inspiración para el disco, le llegó de sus vivencias diarias. Los Ángeles no tenía nada que ver con aquella ciudad  feliz y de éxito que cantaban los grupos llenos de laca. Ok, había fiestas, locuras, chicas, muchas chicas pero también heroína, prostitutas y violencia: Acá es posible asesinar, dijo Slash en una entrevista de la época… ¡saca la cuenta! Ellos vivieron como una comuna anárquica y pobre en los años previos a la grabación del disco. El tan anhelado contrato llegó en marzo de 1986.

Fotos tras bastidores de las primeras giras 

El primer productor elegido fue Paul Stanley, sí el mismo de KISS. No hubo química entre la banda y el productor: Cuando la banda le mostró las maquetas que tenían, éste sugirió que añadieran a Nightrain unos coros para hacerla más pegadiza. Axl, al escuchar eso decidió no hablarle o ni siquiera mirarle. Slash tampoco fue muy “chévere” con él. Tanto así que comenzó a esparcir el rumor que Paul era homosexual. Mike Clink, el nuevo productor comentó: “Sí eran unos despojos drogadictos, pero eran unos despojos con disciplina”.

En Clink, se juntaban las coordenadas claves del Appetite: Paciencia y gran conocimiento de las técnicas antiguas de grabación. Primero, había que pulir el diamante en bruto que era Axl. De las jornadas de 18 horas de trabajo, la mayoría se las dedicaron a él, ya que había que convencerlo de su gran registro vocal y que no sólo gritara en las canciones. También había que pulir los solos de Slash y hacerlos encajar con las pegadizas melodías de voz. Lo segundo lo usó para aplicar las técnicas ya arcaicas: Mike contaba con cuchillo las mejores tomas de la bobina de grabación, requiriendo de 5 personas para ajustar, sobre la marcha, las subidas y bajadas de volumen al hacer las mezclas. El resultado final fue un sonido crudo y, al mismo tiempo, pulido, que sirvió de puente entre el rock domesticado de los ochenta y el grunge que surgiría pocos años después.

“Estábamos en el sótano de la casa de mi mamá, agarré la guitarra y le dije a Axl “mira lo que he sacado” y le gustó” cuenta en su biografía Slash sobre Welcome to the Jungle, canción que da la bienvenida a la destrucción. Luego, entre Izzy y Duff finiquitaron uno de los arranques más potentes y reconocidos de la historia del rock. Luego de ese comienzo, el punk, el heavy y el rock clásico se mezclan con la crudeza de las letras. Nightrain era el vino barato con el que se iban de fiesta; Mr. Brownstone cuenta la lucha de Izzy contra la heroína (“Llama a mi puerta y no me deja en paz” podemos traducir de su letra en inglés); Out ta get me nos cuenta sobre los problemas con la ley y la autoridad de Axl en su Indiana natal; My Michelle es sobre una amiga de Axl y Slash que le pidió que le escribiera una canción luego de haber escuchado Your Song de Elton John en la radio: La chica en cuestión se llama Michelle Young. ¡Todo un diario salvaje!

Sweet Child O’ Mine es el único sencillo No. 1 que ha tenido la banda en los Estado Unidos… y nació por casualidad: Slash estaba tocando un “ejercicio estúpido” que sonaba como una canción circense a Steven. A Izzy le gustó el “ejercicio” y lo acompañó con unos acordes. La letra la había compuesto Axl semanas antes para su novia, lo que hizo fue modificar ciertas partes y así fue como nació la canción más reconocida de la banda (la mejor canción del mundo, para mí). La historia más escabrosa, por así llamarla, se da en Rocket Queen. En la canción, a partir del minuto 2.30 se escucha una pareja gimiendo, teniendo sexo y llegando una chica llegando al orgasmo. Bueno, esos gemidos, son reales: Axl estaba grabando las voces mientras Adriana la novia de Steven, de 19 años, que se encontraba despechada, se frotaba con él. Los técnicos no le dieron al botón de Stop y el ambiente comenzó a ponerse “caliente”. “Vamos Adriana, haz que sea verdad” le dijo Axl y la amiga obedeció, teniendo relaciones ahí mismo, quedando para siempre los gemidos de la chica inmortalizados. “Hubiese hecho cualquier cosa por Axl. Era mágico”, son las palabras de una Adriana Smith, ahora cuarentona, que ese día quiso vengar las infidelidades de Steven ese día. ¡Ese disco es puro exceso! Appetite for Destruction llegó a las tiendas en Julio de 1987.

El disco, al principio no tuvo una muy buena acogida, 200 mil copias en 6 meses. La madrugada de un domingo de diciembre de 1987 fue determinante. A las cuatro de la mañana, a una hora nada buena para ninguna banda y como favor a la disquera, MTV transmite por primera vez el video de Welcome to the Jungle. El efecto fue devastador, los teléfonos de la cadena no dejaron de sonar preguntando por la banda y pidiendo repitieran el video: Los 200 mil ejemplares se convirtieron en millones de manera vertiginosa. Como nota curiosa, ni la portada original estuvo ausente de polémica: Fue censurada, ya que esta, realizada por el artista Robert Williams, representaba a un robot que acababa de violar a una chica y este se asustaba a ver a un monstruo que venía a destruirlo por el crimen cometido. Esta se cambió por una cruz con las calaveras de los integrantes de la banda. La portada original quedaba como portada central.

Portada Original

Portada Conocida

26 años después, lo salvaje y sus historias, aún se vende: “You know where you are? You’re in the Jungle, Baby! And you gonna die!





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