sábado, 22 de octubre de 2016

Llamémosla por su nombre: Dictadura.


Foto Propiedad de AVN


Mucho se ha hablado de los fenómenos políticos acaecidos en Venezuela a lo largo de los últimos 18 años. Desde el arribo de Chávez a la presidencia de la República en 1999, mucha tinta se ha gastado para tratar explicar el fenómeno de su ejercicio en el poder. Claramente, no era una Democracia plena, pero tampoco era una dictadura típica. Sí, era militar, requisito importante para etiquetar a su régimen como dictadura… pero resulta que llegó con votos.

Tal vez, esa forma de arribo al poder y no por medio de una intentona golpista (recordemos que comandó una el 4 de Febrero de 1992, que fue un fracaso) fue lo que hizo disfrazar su régimen de democrático. Para ello, tenía que ponerse un traje a la medida: Promovió una constituyente, aprovechando su popularidad, y usando la bandera de la “soberanía popular”, engañó a más de un incauto, logrando así la aprobatoria de su constitución.

Chávez permitió ciertas libertades durante cierto tiempo y, aprovechando lagunas legales, cerró algunos medios de comunicación y asfixiando a otros, sobre todo a la prensa, ya que tomó el control de la importación de papel. Periódico que apoye al gobierno, tiene su papel garantizado. Con esas políticas, muchos medios se arrodillaron ante el régimen. Periodistas fueron despedidos o perseguidos. En 2002, luego de la huelga petrolera, el régimen se dio cuenta que, para controlar a la población, era necesario ser el Patrón. Por ello inició una estatización de grandes empresas, bancos, medios de comunicación y controlar las divisas. Esto último provocó el cierre de muchas empresas: El gobierno ponía el precio a la divisa, lo que hacía que importar fuera mucho más económico que producir, generando como consecuencia el aumento del desempleo formal pero que el gobierno maquilla y llama tasa de desocupación. Con el control del dólar, también vino el control de la clase media a través del famoso “Cupo Cadivi”: Haciendo que la “clase media”, repentinamente, saliera de vacaciones a Europa, a Disney, a Miami, Panamá… De repente, todos los bancos comenzaron a entregar tarjetas de crédito y aparecieron las mafias del “dólar negro”… compraban barato y vendían a ganancias de más del 100%. Esto le trajo muchos dividendos electorales a Chávez. Claro, todo eso fue posible debido al ciclo alcista de los precios del Petróleo.

Políticamente, Chávez aprovechó para seguir metiendo leyes a la medida. Su momento cumbre, la aprobación mediante referendo (con todas las ventajas que pudo tomar) de la reelección indefinida. Un referendo hecho en menos de un mes, inmediatamente después de haber perdido el anterior, cuando no le aprobaron sus leyes.

Pero como todo no dura para siempre, los precios del petróleo bajaron, se comenzó a sentir la crisis y, con ello, comenzó a bajar la popularidad del presidente. Aún así, había que mantener la fachada de democracia. Se siguieron haciendo elecciones, se seguía permitiendo las reuniones, la libertad de expresión… pero mucha gente común comenzó a ser perseguida por diferir del régimen. Se conocieron casos de tuiteros encarcelados por expresar su opinión.

Chávez enfermo, fue a su última elección. La ganó. A los días, anunció que tenía que abandonar el país porque se tenía que someter a un tratamiento contra el cáncer. Dejó de Vicepresidente a Maduro y pidió, en caso que no sobreviviera, votar por él, que sería su sucesor digno. Sabemos que tuvo cáncer pero no se sabe ni qué tipo ni qué tratamiento se le hizo… sólo que se lo hicieron en Cuba. Todo dentro de un secretismo. Voceros del gobierno mentían y mentían sobre la salud del presidente. Señores, era el presidente, todos teníamos que saber sobre la salud. Y el hombre murió. Se hicieron otras elecciones… y ganó Maduro por un escaso margen.

Pero Maduro la tendría difícil. El petróleo seguía bajando. Por lo que las consecuencias de seguir la política de Chávez ahora es mas cuesta arriba. El gobierno fue perdiendo su popularidad ya que la crisis comenzó a sentirse fuertemente y comenzó la represión y el chantaje… siempre tratando de mantener la fachada. El 6 de Diciembre pasado, marcó un hito que puso en emergencia la chavismo: La oposición obtuvo las ¾ partes de los escaños de la Asamblea Nacional. La Asamblea saliente eligió un Tribunal Supremo Express, a medida del chavismo. Ya se veía venir lo feo. El 10 de Enero, asume la Asamblea y comienza a arreciar los ataques del gobierno en contra de la “voluntad popular”. Comienzan a tomar medidas mas fuertes de control, inclusive a través del hambre: Se forman los comités para la “producción” (CLAP) y obligan a las pocas empresas productoras de alimentos a que les vendan sus productos para “distribuirlos” a las clases mas necesitadas. El gran problema, necesitamos estamos todos porque la comida no se consigue en los anaqueles.

Se llama a diálogo pero ya hay antecedentes que el gobierno lo que hace es querer ganar tiempo. La oposición  pones ciertas condiciones y el gobierno las niega. No se llega a nada. Sólo nos queda una salida pacífica: El Referendo Revocatorio.

El gobierno, a través de las “instituciones independientes” comienza a sabotear y torpedear la solución, exigiendo requisitos absurdos, rayando a lo imposible, buscando con ellos que no se logren las metas, tratando de desanimar a la gente. Sus voceros: Jorge Rodríguez, Diosdado Cabello, entre otros, juegan a la mentira dicha mil veces, atacan a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) tratando de fracturarla… pero para desdicha del gobierno, siempre se logran los resultados. El gobierno carece del “carisma” de Chávez y de los petrodólares para convencer a la gente. Se militariza el gobierno… pero siguen escaseando la comida y las medicinas. En el hampa, tienen un aliado. Posponen las elecciones de gobernadores que, constitucionalmente, se deben hacer este año. El plan es que la gente se preocupe en vez de que se ocupe.

Y así, poco a poco, se van quitando la careta democrática. Hasta que el día de ayer, 20 de Octubre, de manera intempestiva, la presidenta del CNE anuncia que queda suspendida la recolección de manifestaciones de voluntad del 20% que tendría que realizarse la próxima semana (26, 27 y 28 de Octubre) con todo y sus requisitos imposibles. El argumento esbozado fue un recurso admitido por 5 tribunales penales estadales (sin competencia para suspender ningún evento electoral) que ¡casualidad! Fue emitida de manera sincronizada en los 5 estados… Estados controlados por el ala chavista de Diosdado Cabello. Eso sí, el presidente, de gira… como si no fuera con él. No sin antes declarar que en Venezuela no habrá más elección hasta que las condiciones sean favorables al chavismo, ya que no van a permitir que ocurra los del 6 de Diciembre: Pérdida por su parte de la Asamblea Nacional.

Así, sin un viso de legalidad, suspenden la última alternativa legal y pacífica para acabar con éste desastre. No existe justificación que sustente tal decisión. Y quien tiene el deber de defender la Constitución: Las Fuerzas Armadas, no dicen nada. Su silencio sólo significa que aceptan la violación flagrante a la Carta Magna.

Sólo queda de nuestra parte asumir el protagonismo que nos corresponde. Adiós, democracia. Ya buscaremos la manera de que vuelvas. Pero eso sí, llamemos las cosas por su nombre: Venezuela es una Dictadura.