miércoles, 4 de mayo de 2016

Si Dios es Dios ¿entonces?




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Aunque no creas y a pesar del título, esto no tiene absolutamente nada que ver con tu religión, tus creencias o tu fe. Puedes pensar que es algo provocativo… es probable. Y todo comenzó con una “cadena” de Whatsapp.

Oh, Venezuela ¡cómo te encantan los chismes y los cuentos de camino! Por eso aquí las mensajerías y redes sociales son tan populares.

Todo comenzó días antes del regreso de a los hora legal, coincidente con el GMT -4:00. El (des)gobierno del país notificó que se debía cambiar a la nueva hora, adelantar 30 minutos a partir de las 2:30 a.m. Sin extendernos, cuando el reloj diera las 2:30 a.m. nosotros teníamos que adelantar a las 3:00 a.m. (revirtiendo así el capricho chavista de las 4:30 horas de diferencia respecto al GMT 0:00)

Circuló días antes del 1ero de Mayo (fecha designada para el cambio) una cadena en la cual  aseguraban que no se debía cambiar la hora en ese momento porque sería un acto de hechicería, un acto malévolo de la santería que haría que Venezuela nunca pudiera salir de este atolladero que estamos viviendo porque, esa hora, 3:00 a.m., es conocida en la tradición como,  La Hora del Diablo”… Y definitivamente, nunca saldremos de este atolladero, porque la gente cree esas estupideces. Particularmente, un cambio de hora no es nada traumático. Antes de irme a dormir, adelanté la media hora de los relojes, Con los teléfonos móviles, ni me preocupé, el sistema iba a cambiar automáticamente. Si no, estaba prevenido.

Ahora viene la pregunta… Si Dios es Dios ¿entonces? ¿Ustedes creen que un ser Omnisciente, Omnipresente y Omnipotente, va a sucumbir a eso? ¿Por qué la duda? Tú puedes tener la creencia que quieras, no te voy a juzgar por eso. Más bien, siento es lástima por Dios, en cualquiera de sus representaciones particulares. Y siento esa lástima porque, a ese ser que no vemos, le achacamos todas nuestras irresponsabilidades.

Sí. Así es… porque lo que está pasando en Venezuela ni es obra ni es responsabilidad de un Dios. Es obra y responsabilidad delo venezolanos. Dios no vota. Así de fácil. No fue Dios quien votó por Chávez. No fue Dios quien aprobó la constituyente. No fue Dios quien volvió a votar por Chávez en las “mega elecciones”. Tampoco fue quien lo reeligió en 2006, ni le aprobó la enmienda de la reelección indefinida, ni que lo volvió a reelegir en 2012 estando enfermo de cáncer. Y, muchísimo menos, fue quien eligió a Maduro porque Chávez se lo pidió. No, señores. Si estamos mal, no es cosa de santería: Eso de que se cambió el billete con las imágenes de las “Tres Potencias”, de que los santeros y los paleros son poderosos… ¡nada de eso! Los únicos responsables de esta crisis son los que votaron, volvieron a votar y revotaron por Chávez y su proyecto. La ventaja que tuvo Chávez fue que destruyó el país pero tenía ingresos petroleros para gastar a su gusto, por eso se pudo “disimular” la crisis.

Así que olvídense de los “mesías” y los “salvadores”. Olvídense de que “el tiempo de Dios es perfecto” y que “Dios proveerá”… toca amarrarse los pantalones, dejar el bochinche y la “guachafita”, el chistecito, los “mojones mentales”… Toca asumir con seriedad el hoy y los tiempos que vienen, que no serán nada fáciles. Ésta lucha es larga. Con toda ésta crisis, está demostrado que los países nunca tocan fondo porque ¡no existe fondo! ¡siempre podemos estar peor!

Toca prepararse, física y mentalmente. Hay que abrazar la Academia y el trabajo productivo. Pensar en grande, en crear empresas, no emprendimientos al corto plazo, en sacrificar… sólo los países que se dieron cuenta que había que trabajar son los que hoy forman parte del Primer Mundo. Trabajo. No hay otra manera. No hay fórmulas mágicas.