miércoles, 3 de julio de 2013

Bien de otros ¿consuelo de bobos?



¡Qué mal estamos hoy día! Y no me refiero solo a la parte económica. Muchos no conocemos lo que es “ganar”. Pero ¿qué es “ganar”? ¿Acaso tener cuatro tarjetas de crédito te hace ganador? ¿Tener las medidas aprobadas por los modistos o midas de la “belleza”? ¿Tener tu carro con los cauchos más grandes y anchos que el dinero puede comprar? ¿Tener un i-gadget para pertenecer a una “élite” de gente “chévere” que puede tener acceso a eso? Si es así, en el mundo no hay “ganadores”.

Pero peor aún es creer que podemos vivir de los logros de esa “minoría”. Si, señores, estamos viviendo en una sociedad pasiva, donde la iniciativa se fue por el caño ya que “los ricos están completos y no puede haber uno más” o donde si las cosas son así, pues ¿para qué cambiarlas? Así ha sido siempre ¿no? Me da tristeza ver a la gente celebrando coronas de Miss Universo, juegos de fútbol con el conocido ¡ganamos!, juegos de béisbol o carreras de fórmula uno. Muchos medios tienen la culpa. Se habla de compatriotas haciendo lo mejor de lo mejor pero afuera, poniendo a producir multinacionales pero “poniendo en alto el nombre de nuestro país”; siendo el primero de Latinoamérica en un maratón pero quedando de 88 en la general; celebrando una triple corona en las grandes ligas pero no juegan en la liga del país; afirmando que somos un país número uno en emprendimiento pero no se comenta que también lo somos en abandonar ese emprendimiento cuando no se va bien; llenarnos la bocota con que tenemos el mejor país del mundo simplemente porque nuestro sub suelo está lleno de materia prima, que se vende al precio del volátil mercado pero que luego tenemos que comprar un producto elaborado, mucho más caro que hacen otros países con nuestra materia prima, porque aquí no hay empresas que puedan transformarla en algo útil. Se enseña a ser asalariado, a depender del patrón (jefe o estado) por eso, al ser tan patética nuestra vida nos conformamos con vivir las glorias de otros.

No estoy en contra de celebrar a los compatriotas que están haciendo su trabajo afuera, de lo que estoy en contra es en querer vivir la vida a través de sus triunfos. Mario Benedetti lo expone muy bien: “No quiero que me vendas tus sueños. Yo quiero vivir los míos”. Así que, dejemos esa mala costumbre de vivir glorias ajenas. Por muy pequeños que sean nuestros triunfos ¡son nuestros! y no de nadie más. Si otra persona le va bien bateando, corriendo, modelando, escribiendo, cantando, bailando, haciendo desnudos, actuando… bien por él/ella. Ya me encargaré yo de vivir mi vida a mi manera.

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