Los que me conocen, saben que
siempre he sido opositor a Chávez y su gobierno. Desde que tuve derecho al voto
nunca he apoyado la mal llamada “revolución del siglo XXI”. He sido de los “radicales”.
¿Por qué? Se preguntarán algunos. Pues, sencillamente, porque un hombre que se dio
a conocer “políticamente” por haber traicionado la Constitución que juró
defender como militar, ¿liderizar? un golpe de estado contra un gobierno
legítimamente establecido y, de paso, llevar al escuadrón que comandaba a
enfrentarse contra sus mismos compatriotas y, al ponerse las cosas difíciles,
irse a esconder en el Museo Militar, de donde lo sacaron asustado y con las
tripas ejerciendo sus funciones cotidianas… no es una persona digna de
confianza.
Para los Neo – Protestantes, sepan que marché en mi universidad por
reivindicaciones y luchas, también protesté bastante contra este (des)gobierno:
Apoyé a los trabajadores petroleros, a los trabajadores no petroleros… en fin,
llevo bastante tiempo en esto antes de que se convirtiera en “maistream”.
Ahora, el problema está, en que
las luchas hoy día es pura farándula. Lo que comenzó en los estados andinos
como una lucha justa y loable y que se ha venido replicando como una causa
común a lo largo y ancho del país, se ha convertido en “la campaña por la presidencia”
de Leopoldo López.
El (des)gobierno de Chávez,
heredado ahora por Nicolás Maduro, ha elegido al nuevo “enemigo”: Leopoldo
López. Éste se ha dado a conocer por una gestión eficiente al frente de la
alcaldía del Municipio Chacao, un
municipio, a todas luces, sin muchos problemas ya que es un lugar donde vive,
en su mayoría, la clase media y media alta. No digo que no exista pobreza, pero
allí, no son mayoría: El Beverly Hills criollo, pues. Para los que no lo
sabían, allí también fue alcaldesa Irene
Sáez, Miss Venezuela 1981 y Miss Universo el mismo año. Ojo, no con esto
estoy negando la capacidad gerencial del Sr. Leopoldo, lo que hago es poner en
contexto que los problemas del país son mucho más graves que lo que le tocó ver
en Chacao.
Durante las andanzas de la “revolución”,
el Sr. López fue inhabilitado políticamente. Ahora, el Sr. Maduro quiere
ponerlo como único responsable de las muertes sufridas de manos de grupos
armados por el (des)gobierno, bajo el ojo protector de la Guardia Nacional “Bolivariana”
y los cuerpos de seguridad del estado, de los estudiantes que protestaban en una
marcha convocada el pasado 12 de febrero del año en curso. Maduro, en su afán
de perseguir e incriminar, de controlar lo que hace mucho tiempo se le fue de
las manos y por demostrar un liderazgo que no tiene, ha propuesto el nuevo
candidato opositor. ¿El gran problema de
todo esto? Se perdió el norte inicial de la protesta: Las reivindicaciones ciudadanas, la lucha por los derechos humanos y fundamentales.
Cuando comenzaron éstas protestas, algo me decía que no iban a terminar bien:
Pues, ya cambiaron el guión. Me recuerda a todo lo que me tocó vivir en 2002.
De una lucha por apoyar a los trabajadores de PDVSA que fueros despedidos se
convirtió en un “Chávez vete ya”… y uno de los líderes de ese movimiento era
¡sí, lo adivinaron! Leopoldo López.
La falta de seriedad a la hora de
protestar en este país me tiene la bilis afuera, sinceramente. Como bien dice
mi querida Emma Yendis (@e_yendis) aquí, las protestas no tienen un objetivo fijo:
Mutan con los días y los estado hormonales del político de turno. Con quienes
hablé en privado, les hice saber de mi preocupación sobre el trasfondo de las
protestas, de los que buscarían aprovecharse la situación. La lucha de los
estudiantes es justa, pero al no tener experiencia en lides políticas, derivan
en el circo que tenemos hoy. Los políticos se han aprovechado de la ocasión
para comenzar sus campañas y eso es muy sucio: Los políticos deberían apoyar a
los estudiantes, no ser los protagonistas.
La protesta es algo serio… No voy
a ir a marchar para ponerme de capa la bandera nacional, tomarme fotos para
subirlas al Facebook o al Instagram y buscar los “Likes” con las #InstaEtiquetas; tampoco para ir a bailar y gozar (“Rumbear y
Triunfar” dijo un gran filósofo por ahí)… ¡y más si se hace en contra de un
(des)gobierno que usa la represión y el miedo como forma de erradicarla!
No tenemos un gobierno
democrático. Que se hagan elecciones no es garantía de ello. Tenemos un régimen
que controla los poderes y quiere eliminar todo rastro de forma de pensar
distinta a la de ellos… el problema está en que, a partir de ayer, las
protestas se convertirán en lo mismo por lo que supuestamente dicen luchar: El
radicalismo, el quítate tú para ponerme yo… Luchamos por la “Tolerancia” pero
no se respeta al que piensa distinto: Se quiere imponer la verdad única… pero
ahora del otro bando… ¿qué estamos haciendo?
No veo una salida al corto plazo.
Ninguna de las dos ¿mitades? quiere sentarse a dialogar. Ahora están usando el
eslogan de que “el que se cansa, pierde”…
bueno, si nadie cede, perdemos todos. Es hora de ser serios, de dejar el
faranduleo y de buscar la ruta corta: Aunque por los protagonistas y el nuevo
guión… ya perdí mis esperanzas.
Al país le falta madurar
políticamente… ¡y qué jode! (disculpen el alemán).
Jajaja ahora entiendo a un amigo chavista, que le decía Leopoldo Niño bomba jajajajaja
ResponderBorrarBueno, razón no le falta a tu amigo.
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