Al momento de la
partida no pensé en un “adiós” sino en un “hasta luego”. Un abrazo, un beso
robado.
Me miraste con esos
hermosos ojos y sonreíste, pensé que todo iba a ser real.
No quiero hablarte
de los sentimientos encontrados, sino de lo que realmente deseo. A pesar de
estar caminando solo, quiero que sepas que quiero ser tu cielo para abrazarte a
la distancia cuando te encuentres triste, así cuando veas las estrellas sabrás que
no estás sola.
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