¡Y
pasó otra vez! ¿Cuándo será que voy a aprender?
Nuevamente
entregué mi alma y fue tratada a patadas. Todo por seguir el absurdo de que “es
mejor amar y perder que no haber amado nunca”. Lo que me queda siempre es un
vacío... Estoy solo... Estoy muerto.
Ya
me cansé de amar y perder.
Espero
que la soledad no sea tan mala, después de todo.
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