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Aunque no creas y a pesar del
título, esto no tiene absolutamente nada que ver con tu religión, tus creencias
o tu fe. Puedes pensar que es algo provocativo… es probable. Y todo comenzó con
una “cadena” de Whatsapp.
Oh, Venezuela ¡cómo te encantan los chismes y los cuentos de camino!
Por eso aquí las mensajerías y redes sociales son tan populares.
Todo comenzó días antes del
regreso de a los hora legal, coincidente con el GMT -4:00. El (des)gobierno del
país notificó que se debía cambiar a la nueva hora, adelantar 30 minutos a
partir de las 2:30 a.m. Sin extendernos, cuando el reloj diera las 2:30 a.m.
nosotros teníamos que adelantar a las 3:00 a.m. (revirtiendo así el capricho chavista de las 4:30 horas de
diferencia respecto al GMT 0:00)
Circuló días antes del 1ero de
Mayo (fecha designada para el cambio) una cadena en la cual aseguraban que no se debía cambiar la hora en
ese momento porque sería un acto de hechicería, un acto malévolo de la santería
que haría que Venezuela nunca pudiera salir de este atolladero que estamos
viviendo porque, esa hora, 3:00 a.m., es conocida en la tradición como, “La
Hora del Diablo”… Y definitivamente, nunca saldremos de este atolladero,
porque la gente cree esas estupideces. Particularmente, un cambio de hora no es
nada traumático. Antes de irme a dormir, adelanté la media hora de los relojes,
Con los teléfonos móviles, ni me preocupé, el sistema iba a cambiar
automáticamente. Si no, estaba prevenido.
Ahora viene la pregunta… Si Dios
es Dios ¿entonces? ¿Ustedes creen que un ser Omnisciente, Omnipresente y
Omnipotente, va a sucumbir a eso? ¿Por qué la duda? Tú puedes tener la creencia
que quieras, no te voy a juzgar por eso. Más bien, siento es lástima por Dios,
en cualquiera de sus representaciones particulares. Y siento esa lástima
porque, a ese ser que no vemos, le achacamos todas nuestras
irresponsabilidades.
Sí. Así es… porque lo que está
pasando en Venezuela ni es obra ni es responsabilidad de un Dios. Es obra y
responsabilidad delo venezolanos. Dios no vota. Así de fácil. No fue Dios quien
votó por Chávez. No fue Dios quien aprobó la constituyente. No fue Dios quien
volvió a votar por Chávez en las “mega
elecciones”. Tampoco fue quien lo reeligió en 2006, ni le aprobó la enmienda
de la reelección indefinida, ni que lo volvió a reelegir en 2012 estando
enfermo de cáncer. Y, muchísimo menos, fue quien eligió a Maduro porque Chávez
se lo pidió. No, señores. Si estamos mal, no es cosa de santería: Eso de que se
cambió el billete con las imágenes de las “Tres
Potencias”, de que los santeros y los paleros son poderosos… ¡nada de eso!
Los únicos responsables de esta crisis son los
que votaron, volvieron a votar y revotaron por Chávez y su proyecto. La
ventaja que tuvo Chávez fue que destruyó el país pero tenía ingresos petroleros
para gastar a su gusto, por eso se pudo “disimular” la crisis.
Así que olvídense de los “mesías” y los “salvadores”. Olvídense de que “el
tiempo de Dios es perfecto” y que “Dios
proveerá”… toca amarrarse los pantalones, dejar el bochinche y la “guachafita”,
el chistecito, los “mojones mentales”… Toca asumir con seriedad el hoy y los
tiempos que vienen, que no serán nada fáciles. Ésta lucha es larga. Con toda
ésta crisis, está demostrado que los países nunca tocan fondo porque ¡no existe
fondo! ¡siempre podemos estar peor!
Toca prepararse, física y
mentalmente. Hay que abrazar la Academia
y el trabajo productivo. Pensar en
grande, en crear empresas, no emprendimientos al corto plazo, en sacrificar…
sólo los países que se dieron cuenta que había que trabajar son los que hoy
forman parte del Primer Mundo. Trabajo.
No hay otra manera. No hay fórmulas mágicas.
Asi mismo es.
ResponderBorrarSaludos!! Espero estes bien. Un abrazo.
ResponderBorrarSaludos!! Espero estes bien. Un abrazo.
ResponderBorrar¡Hola, María Amanda! Gracias por comentar. Abrazos. ;)
BorrarAsi mismo es.
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