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“No hay espejo
que mejor refleje la imagen del hombre que sus palabras.” – Juan Luis Vives.
Comienzo esta entrada con la frase lapidaria
del Humanista, Filósofo y Pedagogo Español Juan Luis Vives. Pero sería bueno
hacernos una pregunta ¿somos imagen de nuestras palabras? Las palabras ¿pueden
programarnos para actuar de una manera en específica? La duda surge porque
durante una conversación con un amigo… o mejor dicho, un tweet, condujo a un
sin número de pensamientos que hizo tomarme el tiempo para revisar la realidad
que estábamos viviendo.
El tweet específico era: Me parece tan horrible la expresión “barajar opciones” (Si se
preguntan quién es mi amigo, se llama Esteban
Zapata y pueden seguirlo en Twitter como @estebanz01). Evidentemente, algo que comenzó como una frase
sencilla, dicho por mucha gente, tiene un mensaje muy fuerte que pasa
desapercibido: “barajar opciones”. Cuando una persona baraja opciones no está
pensando en los pros y los contras, está dejando todo al azar. Tal vez sea esa
una razón por la cual tendemos a irnos de bruces en la toma de decisiones.
Claro, puede ser una casualidad pero sería bueno revisar la “programación” de
las personas que dicen ese tipo de frases. Incluso las que decimos nosotros
mismos.
En muchos casos, repetimos sin cesar frases
muy bonitas, que tienen buen sonido y ritmo; en las películas de los ochenta
las llamaban “catch phrases”, usadas
por los protagonistas para reflejar sus motivaciones, estados de ánimo y hasta
chistes. Pero ¿cómo nos afectan esas palabras que se repiten hasta la saciedad?
¿Las creemos realmente? O ¿sólo las repetimos sin parar porque sí? Es un examen
que debemos hacernos.
No es que crea en conspiraciones pero
recordemos que estamos viviendo en una sociedad de consumo. Los publicistas nos
bombardean con eslóganes y frases, también con jingles. Son las grandes
corporaciones y medios los que nos dicen qué comprar, cómo comportarnos, por lo
tanto, sin darnos cuenta nos “programan” para ser como ellos esperan. Tal vez
no haya una mala intención o ni que detrás de ellos estén Los Illuminati, Los
Reptilianos, Los Skull and Bones
o los Aliens… No. Pero eso,
evidentemente, ha afectado de una u otra manera la forma en que nos comportamos
como sociedad. No nos dejemos alienar. Pensemos un poquito lo que decimos ¿es
realmente nuestra manera de pensar o fue algo impuesto?
Revisemos cómo estamos comportándonos.
Revisemos qué estamos diciendo. Nuestro cerebro es como un disco duro, nuestra
mente es como un programa que hay que llenarlos con líneas de código y eso, se
va a reflejar en nuestro comportamiento. No dejemos las cosas al azar. No
dejemos que no digan cómo tenemos que vivir nuestra vida. Equivoquémonos, así
duela, pero aprendamos. Sólo así podemos decir con certeza que la vida es
nuestra. Obviamente, no estamos solos. Pero esa interacción con otros es lo que
va a hacer valiosa nuestra experiencia. Tomaremos un poco de todos y crearemos
el ser que queremos ser. Sólo así viviremos la vida que realmente queremos
vivir. Sólo así es posible trascender.
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