sábado, 17 de mayo de 2014

En defensa de la migración.





América Latina, y Venezuela especialmente, son bastante… ¿particulares? He vivido lo suficiente en ésta “Tierra de Gracia”, en ésta “pequeña Venecia” para ver las ¿virtudes? que encierran sus fronteras.

De un tiempo para acá, se han exacerbado falsos valores, promovidos desde los medios de comunicación, desde las altas esferas del poder y por políticos en su lucha por esos ricos asientos de “servidores públicos” (que al lograr sus objetivos, se les olvida que son servidores y, de paso, que son públicos), los cuales hacen llamar Nacionalismo. Como les he comentado en publicaciones anteriores, no me considero nacionalista, es más, detesto que me clasifiquen por nacionalidad ya que eso implica encerrarme geográfica y culturalmente en algo con lo cual nunca me he sentido identificado. Prefiero decir: "Nacido en" que decir “Soy Venezolano”.

Como se está invadido por falsos valores, todo ese montón de sandeces hace que el común sea un pretencioso. Es tan pretencioso que se han dado a la tarea de despotricar contra el nacido en Venezuela que decide irse de aquí. Claro, a menos que te llames Edgar Ramírez, Chino y Nacho, Salomón Rondón, Gaby Espino (aunque ella ya tuvo problemas con los nacionalistas por apoyar a la selección de México), Miguel Cabrera, entre otros… Ellos también son inmigrantes que buscaron mejorar su calidad de vida en otro país, pero la masa los ve como los “héroes de la patria de Bolívar y chávez”, los que “dejan en alto el nombre del país”… pero si te llamas Lorena, Carlos, Ramón, Ronald, Wilmer, María Stella, María Gabriela, Daniel, Ivonnis, etc. eres “¡un traidor que no lucha por su país sino que espera que los que se quedan luchen, para ellos “volver tranquilos”! ¡Vaya que la ignorancia es atrevida!

Por si no lo sabías, nadie ¡absolutamente nadie! pertenece a la tierra donde está. ¿No me crees? Desde que el hombre es hombre, incluso antes, siempre caminó por la sabana buscando alimentos y un lugar donde poder aprovechar los recursos de la tierra para sobrevivir. La migración viene con el hombre, es su naturaleza. No fue sino hasta hace unos 8.000 años que el Homo Sapiens comenzó a establecerse en sitios y formar comunidades. Si tú te crees parte de un pedazo de tierra, te recuerdo algo: Tu apellido viene de España, Francia, Italia, Portugal, Inglaterra… ellos, a su vez, se mezclaron con otras razas (Árabes y Judios); nuestros indígenas no llegaron acá por "generación espontánea", sus antepasados cruzaron el estrecho de Bering para llegar a América y los primeros humanos salieron de África… eso, estimado amigo, se llama Migración (¡Vamos! ¡”Googlear” no es difícil! ¡Tú puedes!). La Migración, según la Wikipedia, es todo desplazamiento de población humana o animal (no entiendo por qué separan los términos, al fin de cuentas, el humano es otra especie animal) que se produce desde un lugar de origen a otro de destino y lleva consigo un cambio de residencia habitual o hábitat. Muchos de los países desarrollados llegaron a donde están, precisamente, por ese fenómeno que a tí, querido nacionalista, te da urticaria.

La próxima vez que quieras vanagloriarte y despotricar contra alguien que decidió mejorar su calidad de vida (él está luchando a su manera, al igual que tú a la tuya, que eres un conformista y te la das de Ucraniano) por lo menos agarra un libro y estudia. Así tendrás argumentos sólidos, no solo repetir y cacarear lo que los demás quieren que digas.

(La imagen del encabezado pertenece a Diney/Pixar, la uso sin permiso porque soy un atrevido).

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