lunes, 29 de septiembre de 2014

“Reglas para tener una cita con mi hija”… Machismo del Siglo XXI: ¿Ladrón juzgando a ladrón?





Vea y observe la imagen que encabeza esta publicación. Ahora lea y relea. “Ay, qué bonito” dirán algunos. “Así es como tiene que ser un padre” dirán otros… pues bien, si esa es tu manera de pensar, déjame decirte que eres un machista troglodita que deberías vivir en cuevas, cazar y decorar con tus “hazañas” las paredes para que puedan ser admiradas como arte rupestre en los años venideros.

“Lo que pasa es que tú no eres padre”, me refutarán algunos. Es cierto, no lo soy, pero soy hijo,  hermano, amigo… e incluso pretendiente y, como tal, también he sido “víctima” de ese tipo de “padres orgullosos”.

El gran problema con esos padres es que juzgan a todos los hombres desde su condición de bandidos, de ladrones. Casi siempre, este tipo de padres “mal carados” que se la dan de “arrechos” son aquellos que jodieron bastante en su juventud, fueron unos pícaros, victimarios de las hijas de otros padres y ahora, que son padres de niñas, no quieren que les hagan a sus hijas lo que ellos le hicieron a las hijas de los demás.
Fueron por la vida siendo “los hombres”, los que se vanaglorian de sus conquistas, los que nunca recibieron un “no” como respuesta… los “machos alfa”, pues, y ahora tienen miedo porque tienen una hija.

¿Cuán diferente hubieran sido las cosas si hubieran respetado? Hoy estarían más tranquilos y jugando con inteligencia en vez andar de ridículos tratando de meter miedo. En vez de temor, lo que hacen es lanzar a sus hijas a los brazos de cualquier patán que se les aparezca en el camino. ¿Por qué en vez de poner malas caras se sientan con el pretendiente a conocerlo? No digo que vayan a convertirse en grandes amigos, total, no va a ser el primero ni el último que aparecerá por su casa ya que, por si no se quieren dar cuenta, sus hijas son seres que tienen inteligencia, lo que las convierte en personas capaces de elegir. ¿Se van a equivocar? ¡Claro! De eso se trata la vida o ¿es que nunca cometiste un error a lo largo de ella?

Ya dejen el machismo. Ustedes no van a estar allí todo el tiempo cuidándolas de esos “bandidos” (que te recuerdan lo que hiciste en tus años mozos). Más bien preocúpense por guiar y enseñar valores: Las reglas no las pones tú, las reglas no las pongo yo, las reglas las pone ella… es su cuerpo, son sus reglas… ¡así de sencillo! Su labor como padres es estar para consolar y apoyar, no para llenarlas de prejuicios y falsos valores que no contribuirán con su desarrollo y libertad como mujer. No menosprecies su inteligencia, ellas los son… más de lo que te imaginas.